martes, 18 de mayo de 2010

La Sociedad.


Un azote más a una poblacion abandonada.



Tras el inicio de los ataques de EEUU contra el llamado "terrorismo internacional" se vuelve a hablar de un país olvidado: Somalia. Tras fracasar la intervención militar internacional de principios de los noventa y el desembarco de tropas norteamericanas en la operación "Devolver la esperanza", la población somalí permanece avocada al olvido. En la confusión de rumores a partir de la guerra en Afganistán, un representante norteamericano comunicó un ultimátum al país africano para acabar con el terrorismo si no quería sufrir represalias. Posteriormente, sin embargo, el secretario de defensa norteamericano Donald Rumsfeld, ha desmentido, a través de la BBC, que el Gobierno de Washington vaya a atacar Somalia.


Somalia es un país donde la población civil -más de diez millones de personas- padece desde hace once años, no sólo las consecuencias de un conflicto crónico y olvidado, sino también el hecho de ser el único Estado del mundo sin gobierno efectivo y abandonado completamente por la comunidad internacional.

Las pocas organizaciones humanitarias internacionales que continúan trabajando en terreno somalí, como es el caso de Médicos Sin Fronteras, son los únicos testigos y portavoces internacionales del sufrimiento de la población civil. Más de diez años de guerra han hecho que la prioridad de la población somalí sea la supervivencia. Sin embargo el país africano se mueve en un clima de impunidad general que lleva consigo la violencia indiscriminada y las graves violaciones de los derechos humanos. Asimismo, ningún organismo internacional controla las violaciones sistemáticas del embargo internacional de armas impuesto a Somalia en 1992, a través de los países fronterizos. Por el contrario, las armas y la fuerza siguen imponiendo su ley en el país.


Hay que destacar también que las frecuentes catástrofes naturales -en forma de sequías, inundaciones y epidemias- se ven agravadas por los efectos devastadores de la guerra: la destrucción y la falta de mantenimiento de las infraestructuras, estructuras sanitarias, escuelas etc. El cólera y el sarampión, por su lado, son endémicos y hay que decir que el actual conflicto ha provocado la escasez del agua, ya que menos del 20% de la población tiene acceso a agua potable. Desde el comienzo del conflicto, se ha producido la muerte o el desplazamiento de más de dos millones de personas y hoy en día Somalia es el sexto país del mundo en número de refugiados. Paralelamente se calcula que las personas desplazadas internamente se elevan a 300.000, sólo en la capital Mogadiscio. Todos estos indicadores que muestran la situación de vulnerabilidad de la población se ven exacerbados por el progresivo abandono de la comunidad internacional. La inestabilidad crónica y las difíciles condiciones de seguridad han provocado también que la mayoría de organizaciones internacionales cierren sus proyectos en la zona. En la actualidad, Mogadiscio es una de las capitales más aisladas del mundo, y casi no existen testigos internacionales del sufrimiento de las poblaciones.

Esta es, en resumen, la situación de la población en Somalia. Ante la coyuntura internacional actual, los somalíes intentarán sobrevivir un día más, al margen de Bin Laden y de la guerra contra el terrorismo.
Mientras los políticos discuten sobre si bombardear o no Somalia como próximo paso en la guerra internacional contra el terrorismo, los trabajadores humanitarios esperamos que el brote anual de cólera que afecta al país desde hace siete años no se declare. Un azote más a una población olvidada.

jueves, 13 de mayo de 2010


CONFLICTO.

El 26 de junio de 1960 la Somaliland británica obtenía la independencia y la parte italiana pasaba a mandato de la ONU. Así, el 1 de julio se creará la República de Somalia con las dos partes unificadas.
Sin embargo, era una unión más ficticia que real, y ante tal situación, el 29 de octubre de 1969, el General Siad Barre dará un golpe de estado y proclamará un nuevo Gobierno socialista que derivará en un régimen dictatorial.
El 27 de enero de 1991, como consecuencia del fin de la Guerra Fría, el dictador Barre es derrotado por una coalición de movimientos militares que, al dividirse, hacen estallar una guerra civil entre diferentes grupos étnicos.
Existen tres causas principales para entender esta fregmentación del país en diferentes regiones controladas por señores de la guerra:
- La primera sería la propia historia del país que a principios del siglo XX se encontraba dividido en 5 somalias diferentes controladas por Francia, Italia, Etiopía, y dos del Reino Unido, una de ellas dirigidas de forma indirecta por Kenya.- La segunda es debida a la dictadura de Barre, ya que aplicó una política de “divide y vencerás”, además de una represión que ha generado una desconfianza de la población con respecto al Estado.- La tercera y última se basa en la concepción somalí de sociedad: el individualismo basado en los clanes.
En 1991 y 1992 Somalia padecerá una grave crisis humanitaria a consecuencia de la hambruna provocada por los diferentes clanes en guerra que llevará al presidente de los EEUU, George Bush, a iniciar una intervención militar ( “Restore Hope”, diciembre de 1992 ) para frenar la catástrofe. En mayo de 1993 la dirección pasará a manos de la misión de la ONU ( ONUSOM ), que se acabará retirando en marzo de 1995 sin conseguir ni el restablecimiento de una autoridad nacional, ni la consecución de la paz.
La guerra civil de Somalia es un conflicto armado en Somalia que se inició en 1991. El conflicto ha causado desestabilización e inestabilidad a lo largo del país, con la actual fase del conflicto siendo testigo de cómo el gobierno somalí pierde control sustancial del estado ante las fuerzas rebeldes.
Desde 2006 a 2009, la Fuerza de Defensa Nacional de Etiopía
fue involucrada en el conflicto. El gobierno somalí declaró estado de emergencia en junio de 2009, solicitando apoyo internacional de manera inmediata, y la intervención militar de estados vecinos de África Oriental.

martes, 11 de mayo de 2010

El Sistema Sanitario


EL SISTEMA SANITARIO





El sistema sanitario ha sido prácticamente destruido a lo largo de 16 años de guerra civil en Somalia. Su población vive una situación humanitaria y sanitaria difícilmente imaginable. "En Somalia, las infraestructuras sanitarias han sido casi totalmente destruidas tras una guerra civil interminable", según indicó el doctor Osman Dufle, ex secretario de Estado de Salud del Gobierno de transición somalí y actual vicepresidente del comité nacional de las urgencias sanitarias.
El margen de actuación del Ministerio de Salud es muy limitado "para proporcionar cuidados y responder a las necesidades cada vez mayores que surgen de la pobreza y las privaciones, haciendo de este país un terreno fértil para la expansión de todo tipo de enfermedades", aseguró Dufle. Somalia sufre también un grave déficit de personal sanitario, según se recoge en un informe del GTS de finales de noviembre de 2006 basado en un estudio del Ministerio de Salud y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Únicamente hay "240 médicos, 400 enfermeras, 80 comadronas, 100 técnicos y más de 800 parteras tradicionales" para una población de unos 10 millones de habitantes.

viernes, 7 de mayo de 2010

Historia Somalí


La historia del actual territorio de Somalia se remonta a la antigüedad, cuando la región fue conocida por los antiguos Egipcios. Entre el Siglo II y el Siglo VII de nuestra era, varias partes del territorio fueron incluidas en el reinado etíope de Aksum. Poco tiempo después, ciertas tribus árabes se instalaron a lo largo de la costa del golfo de Adén y fundaron allí un sultanato centrado en el puerto de Zeila. Al mismo tiempo, el país se islamizó debido a la influencia de chiítas llegados de Irán. De todas formas, los habitantes conservaron sus lenguas ancestrales en lugar de adoptar el árabe.
A partir del
siglo XIII, somalíes y pastores nómadas instalados en el norte del cuerno de África, comenzaron a emigrar hacia la región actual de Somalia. Anteriormente los oromo, pastores-agricultores, habían iniciado una migración hacia el Ogadén y la llanura abisinia. Todos estos pueblos se instalaron definitivamente en el territorio. Algunos pueblos árabes intentaron apropiarse del territorio y muchos somalíes fueron desplazándose hacia el exterior, sobre todo hacia Etiopía.
A lo largo de los siglos XIX y XX, británicos, franceses e italianos establecieron sedes en esta región. La Somalia actual surgió el 1 de julio de 1960 con la unión de los territorios del Protectorado de la Somalilandia Británica y la Somalia Italiana, hasta entonces parte del África Oriental Italiana. La entonces denominada Somalilandia Francesa conseguiría la independencia por separado, convirtiéndose en el actual Yibuti.
Durante esta época, Somalia mantuvo estrechas relaciones con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), pero cuando ésta apoyó a Etiopía, rival de Somalia, en la guerra entre ambos, Somalia se volvió hacia Occidente. Sin embargo, la situación económica del país era muy delicada.
Ante esta pésima situación económica, surgió una oposición armada en el norte del país en 1987. En 1990, este grupo adquirió el control de la mayor parte del territorio, disolviéndose de facto el estado somalí anteriormente existente.
El grupo opositor se dividió en 1991 por distintos motivos, entre ellos las tradicionales enemistades entre diferentes clanes y etnias; el Movimiento Patriótico Somalí (MPS) en el sur, y el Movimiento Nacional Somalí (MNS) en el norte. Por otro lado, el grupo Congreso Unido Somalí (CUS) tomó la capital del país, provocando la salida del presidente Barre.
Mohamed Ibrahim Egal, estableció un gobierno en el norte, llamado Somalilandia, al que siguió la secesión el mismo año de Jubaland, posteriormente desaparecida, ninguna de las cuales fue reconocida por el resto de los países. Desde entonces el país ha carecido de un gobierno central, siendo característico el dominio de ciertos grupos en algunos territorios.

Situación política aproximada de Somalia en julio de 2006 (en verde las porciones bajo el control de la Alianza de Tribunales Islámicos).
En 1992 Estados Unidos envió tropas para asistir con la repartición de alimentos, ayudando a socorrer a una población que pasaba por una hambruna. Pero el CUS se opuso a esta intervención y provocó la salida de la ayuda extranjera. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) intervino para la formación de un gobierno, sin tener éxito. Por otro lado, Somalilandia presentaba una mayor estabilidad que otros recientes estados autoproclamados en el territorio de la antigua Somalia, como Puntlandia, constituido en 1998, pero siguió sin ser reconocida por los demás países. Puntlandia, por su parte, no se instauró como estado independiente, sino como parte de Somalia, bajo la forma de "estado autónomo", con la autoimpuesta obligación de restaurar y mantener la unidad de Somalia en base a un sistema federal.

jueves, 29 de abril de 2010


la Geografía de Somalia: limita al norte con el golfo de Adén y djibuti, al sur y al este con el oceano Índico, y al oeste con etiopía y kenia.

viernes, 16 de enero de 2009

Somalia: Climatología, Relieve, Fauna y Flora.


CLIMA-RELIEVE-FAUNA Y FLORA


Su relieve está formado por llanuras y mesetas desérticas, sobre las que se eleva, en el norte, una cadena montañosa que llega a los 2408 mts de altitud en su cumbre más alta. La llanura termina en una costa baja.

Los ríos Shebeli y Yuba, procedentes de Etiopía, atraviesan el país hasta desembocar en el Índico, formando en su recorrido los dos valles principales sobre los que se asienta fundamentalmente la población somalí.
El clima es en gran parte del país semidesértico y muy caluroso, con una temperatura media anual de 27º C y escasas precipitaciones que no alcanzan los 250 mm al año.



fauna y flora

La vegetación somalí se limita a plantas gramíneas duras, zarzales y acacias. En las laderas montañosas se encuentran arbustos de incienso y mirra, los cuales producen resinas aromáticas naturales; por su parte, en el sur se encuentran árboles de eucalipto, caoba y euforbio. En Somalia existen muchas especies animales endémicas, entre ellas cocodrilos, elefantes, jirafas, leopardos, leones, cebras y una gran diversidad de serpientes venenosas. En el Parque Nacional de Kismayu, en el suroeste, y en el de Hargeysa, en el norte, viven muchas especies afro-orientales amenazadas.

En Eritrea, ya en noviembre, 2,3 millones de personas vivían sin alimento suficiente y en Somalia aproximadamente 1,4 millones de habitantes en la región del sur afrontan una grave inseguridad de alimentos y una crisis de los medios de vida, mientras otros 300.000 en el norte están en riesgo.En Djibouti 47.500 personas están recibiendo ayuda en alimentos. Se espera que esta cifra aumente hasta las 150.000 personas.
Mientras, los índices de desnutrición en áreas críticas de Somalia y el noreste de Kenia ya han sobrepasado el 25 %, muy por encima del 15% que ya se considera una situación de emergencia. La mayoría de población en los países más afectados son pastores que dependen del ganado para vivir, pero los precios han caído considerablemente debido al deterioro del estado de los animales. Se han contabilizado pérdidas del 40-50% en el ganado vacuno y en el ovino y se espera alcanzar el 80% en las áreas más perjudicadas.La situación va a empeorar en las próximas semanas y meses, dado que la estación seca no termina hasta finales de marzo y que además los meteorólogos predicen que las próximas lluvias no serán suficientes para contener los efectos de la sequía.


Tras el derrocamiento sorpresivamente rápido de los caudillos que habían gobernado Mogadishu mediante intimidación durante unos 15 años, los Tribunales siguieron ampliando el territorio bajo su control, a menudo sin disparar un solo tiro. Poco después de la segunda reunión de Jartum, los Tribunales asumieron el control de la ciudad portuaria de Kismayo, de importancia estratégica, y de la ciudad de Burhakaba a sólo 60 kilómetros al sur de Baidoa. A finales de octubre, sus fuerzas habían rodeado a Baidoa, cortado su suministro de combustible y controlado ocho de los 18 distritos administrativos del país. Según informes, sus partidarios también estaban activos en los territorios septentrionales de ‘Puntland’ y ‘Somaliland’.El Embajador Fall informó al Consejo de Seguridad en cinco oportunidades durante el año y realizó muchas misiones en Somalia, dentro y fuera de la región, para alentar a que se mantuviese el apoyo al proceso de paz.La UA y la IGAD siguieron pidiendo al Consejo de Seguridad que otorgara una exención al embargo de armas para facilitar el despliegue de la misión extranjera de apoyo a la paz. Los Tribunales juraron combatir contra todo ejército extranjero que se les opusiera en suelo somalí, y declararon una jihad contra las fuerzas etíopes, que, según afirmaban, se encontraban ya en el país protegiendo al Gobierno Federal de Transición. El Gobierno adujo que los Tribunales estaban recibiendo apoyo militar del exterior. Numerosos informes y avistamientos durante el año confirmaron un gran apoyo militar externo a ambas partes. La comunidad internacional expresó en reiteradas ocasiones sus temores de que Somalia corriera el riesgo de convertirse en escenario de un conflicto librado por conducto de otras partes, a saber Etiopía y Eritrea, con la gran probabilidad de que toda la región se viese envuelta en él.Entretanto, la Liga de los Estados Árabes, la IGAD y otras entidades de la comunidad internacional trataron inútilmente de lograr algo positivo de una tercera ronda de conversaciones en Jartum en octubre.
Las conversaciones fueron aplazadas cuando las partes se negaron a coincidir en un mismo lugar. Tras el aplazamiento de la tercera ronda de Jartum, el Presidente del Parlamento encabezó una delegación de unos 20 miembros del Parlamento a Mogadishu en octubre para alentar a la Unión de Tribunales Islámicos a reanudar el diálogo de Jartum. Aunque logró un acuerdo de siete puntos con la Unión, el Gobierno Federal de Transición no lo admitió porque, según afirmó, no contaba con la aprobación previa del Presidente ni del Primer Ministro, y se había gestionado sin consultar con el pleno del Gobierno Federal de Transición.En medio de aquella situación militar estacionaria entre las fuertemente armadas fuerzas de las instituciones federales de transición y la Unión de Tribunales Islámicos fuera de Baidoa y en otros lugares estratégicos, el Representante Especial del Secretario General encabezó una delegación internacional de paz a Baidoa en noviembre. La misión instó al Presidente y al Presidente del Parlamento a que resolvieran sus diferencias, ayudaran a mantener la unidad del Gobierno Federal de Transición y acataran la Carta Federal de Transición como marco para la paz en Somalia. El Embajador Fall recibió seguridades en todos los sentidos, pero no cesó el inquietante reforzamiento de las fuerzas defensivas y ofensivas en Baidoa y sus alrededores.
Tras la derrota de las milicias de los caudillos en Mogadishu, se recibieron informes frecuentes de fuerzas extranjeras y equipo militar en Somalia para apoyar tanto al Gobierno Federal de Transición como a la Unión de Tribunales Islámicos. El reforzamiento militar llegó a un punto el 24 de diciembre, en que las escaramuzas pusieron en peligro la sede del Gobierno en Baidoa e hicieron que el Gobierno Federal de Transición y sus refuerzos etíopes descargaran todo su poderío. De resultas de ello, la milicia de los Tribunales se replegó a Mogadishu donde hicieron sólo una breve parada antes de entregar sus arsenales a las manos ávidas de la población en general y replegarse una vez más a la ciudad portuaria meridional de Kismayo, que cayó poco después con apenas algún que otro disparo. Lo que quedaba de la Unión de Tribunales Islámicos siguió retirándose otra vez más al extremo sur de Somalia, a un denso bosque cerca de Ras Kamboni, donde siguió resistiendo al Gobierno Federal de Transición y a las fuerzas etíopes.A principios de 2007 los combates parecían ir perdiendo intensidad, lo que llevó a muchos observadores a preguntarse si las milicias de los Tribunales se habían simplemente difuminado entre la población en general con sus planes y su capacidad para organizar la insurgencia. En enero, una misión de evaluación de la Unión Africana a Somalia recomendaba que se desplegaran en el país miembros de una fuerza de mantenimiento de la paz de la UA durante seis meses, antes de que se iniciara una operación de paz de las Naciones Unidas.